Otra vez sopa.

Y pasar por ese lugar otra vez, me invadió de recuerdos. Me llevó a momentos antiguos cual maquina del tiempo que se encarga de trasladarte aunque no quieras.
Te imaginé ahí, sentado, esperándome como ese día.
Desayuné en el mismo asiento dónde lo hicimos nosotros esa mañana, y hasta pedí las mismas medialunas, solo para sentirme un poco más a la altura de las circunstancias.
Me cercioré que recordarte no me hace mal. Tener recuerdos tan lindos. Traerlos a mi mente de vez en cuando.
Lo que me hace mal, es volver a la realidad y darme cuenta de cuánto cambiaron las cosas, y de dónde estamos parados ahora.
Lejos. Tan lejos, que ni siquiera puedo verte. Solo hablarte.
Siempre vas a ser ese chico por el que algún día estuve totalmente loca. Y aunque muchas cosas cambian, hay otras, que demostraron mantenerse igual...
Es inevitable.