Eterno


Cigarrillo en mano. Éste frío dentro de mí no coincide para nada con el calor de Buenos Aires.
Empiezo a creer que escribo porque el que escribió mi historia me imaginó así. Con lápiz y papel abajo el brazo, con mi computadora para todos lados, y las palabras rebalsando en mi cabeza.
Y así con todo. Mi sentido del humor, mis preferencias musicales, mi gusto de helado favorito, el color miel de mis ojos, el aroma a café que me transporta a la casa de mi nonna Asuntina. 
Los abrazos que di y que quiero dar, los besos que me faltan. Mi ego, mis debilidades y fortalezas. 
Las charlas con mi perra de 12 años y la admiración inagotable que siento por papá. 
Los grandes amores de mi vida y los grandes desamores también. El lunar de mi garganta, y el de la planta del pie derecho.
Mis libros, los perfumes, los viajes, y ésta forma de describir como reviviendo.
Todo lo que se, y lo que no. Incluso lo que daría por volver el tiempo para abrazarte más fuerte la última vez que te vi. 

Alguien escribe, y nos crea. Nos imagina y nos hace nacer. 


Y yo, que te escribo a vos, para crearte y que nunca dejes de existir en mí. Para hacerte un poco eterno, aunque todo parezca un instante. 










Comentarios

**kadannek** ha dicho que…
Hay algunas personas que son un poco eternas per se. No todos, no la mayoría, pero algunos dejan huellas perfectas e indelebles. Escribir es una forma de honrarlos, al menos de agradecer su existencia, estén presentes o no actualmente en nuestras vidas.
Es cierto.. A veces te creo al leerte o me creas al escribir. Es tan mágico y natural al mismo tiempo, esa capacidad de crear y revivir realidades, que tiene la escritura.

Hermoso leerte.
Saludos. Buen año.
lunaroja ha dicho que…
Qué precioso escribís...
Me encantó la sencillez y la pureza de esta entrada!
Un abrazo
Recomenzar ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Entradas populares